De vuelta a la realidad. Después de estos días más cerca del cielo, nuestros pequeños vikingos regresan a su familiar isla. Los últimos días de campamento fueron especiales, con batallas, bailes, gymkanas, cazas de dragones, publicaciones, carreras, deportes vs monitores, y la fiesta final: el fuego de campamento con la presentación de la variedad dragonil de cada país.
El viernes ya vinieron nuestros jefes de aldea y celebramos una Eucaristía muy especial de acción de gracias y con eso terminamos, con las gracias.
Gracias Jesús. Gracias por el turno Infantil. Gracias por sus acampados, parte imprescindible y que nos han enseñado que se puede recuperar la inocencia en cualquier momentos. Gracias por los padres y su confianza infundida en nosotros sin la cual no podríamos haber llevado a sus hijos algo más cerca del cielo.
Gracias a los sacerdotes que nos han acompañado: José Antonio, Ilde, Chema y José Carlos, celebra hoy, porque han sido el sello de Jesús en estos chicos con cada oración y eucaristia. Gracias al equipo de cocina: Mariaje, Eugenia y May por endulzar cada día y, cómo dice el evangelio, ser sal para el mundo entero. Gracias a Erika, nuestra enfermera todoterreno, porque no creo que hubiésemos salido cuerdos ni sanos sin ella.
Gracias a todas las personas sin cara, que no están hoy aquí, y sin cuyo trabajo no hubiéramos podido disfrutar de este campamento.
Gracias monitores por vuestro trabajo antes y durante el campamento, gracias por los juegos y oraciones por los acampados, habéis hecho un muy buen trabajo.
Gracias finalmente a Dios, porque sin su bendición no habría sido posible nada