Las ganas iban crecían por momentos. Lo primero que hicimos fue conocer las normas generales del campamento y después sin perder ni un minuto, comenzamos a conocernos un poquito más. Hicimos unos juegos de presentación súper divertidos.
Después de estos juegos, ya estábamos hambrientos, así que nos pusimos a comer nuestros deliciosos bocadillos... pero esto no era suficiente para saciar nuestros nervios, queríamos saber ya dónde íbamos a dormir y con quién. Así que sin hacer la digestión repartimos las habitaciones.
Al terminar de colocar nuestras habitaciones, no fuimos hacer unos juegos donde no faltaron las risas ¡que bien lo pasamos!
Este juego nos dejó sedientos, por lo que fuimos a merendar un fresquito tang y unos ricos bizcochitos que nuestras súper cocineras nos prepararon con mucho cariño. Esto nos dio fuerzas para poder disfrutar del primer día de deportes del campa.
Tras el esfuerzo realizado en los partidos que jugamos, nos merecíamos una ducha fresquita, para poder dar gracias a Dios, todos juntos, en nuestra primera eucaristía.
Damos gracias a Dios en nuestra primera misa por poder disfrutar un año más de este paraje. #infantil18 pic.twitter.com/yQ0uUOTsFl— Campamento JPII (@campaJPII) 25 de junio de 2018
Después de estar un ratito con Dios, teníamos que llenar nuestro estómago para poder encontrar el tesoro que nos esperaba en el campamento.
El tesoro fue encontrado y ya pudimos irnos a descansar tranquilos a nuestra habitaciones. Los monitores nos dieron las buenas noches y rezamos con ellos para darle las buenas noches a María.
¡Que día más agotador! ¡Empezamos el segundo día con alegría!